jueves, 12 de noviembre de 2009

EL RUGIDO DE LA SIRENA DE LA FÁBRICA

El rugido de la sirena de la fábrica debería ser
para nosotros un grito de júbilo que cortase
el espacio con color rojo de sangre y no el
latigazo que sacude nuestras cansadas espaldas.

Deberíamos ser alegres creadores (creadores
de cosas diversas y maravillosas) y no máquinas
cansadas que trabajan con miembros pesados
y ojos muertos y un alma caída como una
brasa medio apagada, perdida en las profundidades.

EL fondo de nuestra vida es negro como la noche
y sus estrellas son escasas y pálidas
-¡oh, debería ser azul y estar iluminado por el sol!

Artur Lundkvist

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