miércoles, 30 de junio de 2010

BUSCAR EMPLEO EN LA ERA 2.0

Las empresas y cazatalentos han convertido las redes profesionales en su principal fuente de información a la hora iniciar los procesos de selección. LinkedIn y Xing son las más populares en España. A continuación, presentamos un decálogo para aprender a utilizar esta nueva herramienta que está sustituyendo poco a poco al clásico currículo al mismo tiempo que se ha convertido en una nueva vía de hacer negocios, contactar con nuevos clientes o dar visibilidad a las empresas.

Diez normas para utilizar las redes profesionales de la manera más eficaz:

1- Gestiona tu marca

Considera que tus perfiles en las redes profesionales y sociales, tu blog o los comentarios que realices en los foros van a formar parte de tu identidad digital. La huella que dejas por Internet va ser parte CV y pueden ser determinante en un proceso de selección. Los expertos aconsejan que los internautas manejen su identidad digital como si se tratase de una marca, la nuestra.

"Las redes sociales van a determinar la imagen exterior para quienes no conocen, nos van a ayudar a crear una reputación profesional por eso es fundamental que manejemos nuestros perfiles como si fuera nuestra marca personal", explica Cristina Hoole, directora de comunicación de LinkedIn.

2- Personaliza tu perfil

Las redes profesionales permiten mostrar toda la vida laboral. Hay que dedicarle tiempo y atención a completar los distintos apartados para destacar nuestras experiencias y logros profesionales. Es bueno incorporar una foto adecuada, que sea de carácter profesional, e incorporar nuestro nombre y apellidos reales. No valen los apodos como sucede en otro tipo de redes. Es importante dejar claro qué ofrecemos y qué es lo que buscamos. Todos estos datos pueden servirnos para darnos visibilidad en las búsquedas.

3- Pide que te recomienden

Las redes sociales permiten solicitar que antiguos compañeros, jefes o subordinados comenten y recomienden la labor que desempeñamos juntos. Estos comentarios, especialmente si vienen de personas relevantes, van a aportar un gran valor a nuestro Currículo, y da mucho más dinamismo a nuestro perfil.

4- Sé activo. Participa

Las redes profesionales tienen grupos de interés por sectores o aficiones. Es bueno unirse a los que realmente nos interesen y colaborar y participar en los debates, siempre manteniendo un tono correcto y constructivo. Estos foros van a reflejar tu experiencia y conocimiento sobre determinados temas relacionados con tu trabajo.

5- Utiliza tus contactos para conocer a nuevos profesionales

Utiliza las redes sociales para conocer a otros profesionales del sector, es el llamado "networking". Los acercamientos son mejores si una tercera persona, conocida nos presenta previamente, especialmente si lo que se desea es solicitar un empleo.

"Lo más recomendable es que nos presenten a través de una invitación. No hay que ser impacientes. Para crear nuestra red de contactos lo mejor es empezar con las personas que conocemos e ir ampliando nuestro círculo de manera gradual a través de nuestros conocidos", recomienda Daniel Pérez, director general de Xing.


Hay que recordar que las redes suelen mostrar cuántas personas de las que tú conoces, que están en tu red, están en contacto con ese desconocido que te interesa para hacer negocios. "Puedes ver la ruta que te lleva a él", añade Pérez.

Para facilitar encuentros o profundizar en relaciones que se han creado en la Red, Xing, por ejemplo, organiza eventos paralelos en distintas ciudades.

6- Sé cordial

Es importante guardar las formas en tus relaciones y mostrarse siempre cordial con las personas que nos contacten, aunque no les conozcamos. Eso no significa que debamos aceptar a cualquiera que nos ofrezca pertenecer a su red. Es mejor ser selectivos, pero en ningún momento, hay que rechazar a alguien con mensajes despectivo o hirientes, basta con apretar el botón de no aceptar.

7- No spamées

Otra norma fundamental de netetiqueta es no bombardear con mensajes a nuestros contactos, especialmente si no les interesan o no tienen nada que ver con su actividad profesional. Puedes correr el riesgo de que al final acaben bloqueando tu perfil.

8- Corresponde

Se debe tratar de ser equitativo. Si alguien te ha presentado a otro contacto, nosotros también debemos entrar en este círculo colaborativo, y presentar a nuestros contactos a otros. De la misma forma, no se puede solicitar mucha información a los otros y nosotros ser especialmente restrictivos, y no mostrar datos sobre nuestra vida.

9- Controla la privacidad

En las redes sociales hay que ser consciente de qué parte de nuestro perfil queremos que sea público, que aparezca en los buscadores, y qué parte queremos que sea visible sólo para ciertos contactos. Las redes profesionales suelen incorporar herramientas que permiten gestionar la privacidad de los perfiles y demás elementos.

10- Separa tu vida profesional de la personal

Es recomendable mantener separado el lado profesional de los aspectos personales, especialmente en este tipo de redes. Son muchas las historias que circulan por Internet sobre despidos provocados por fotos incorrectas o comentarios sobre los jefes publicados en la web. Si bien las empresas y cazatalentos saben reconocer que todos tenemos una vida personal es preferible separar estos dos aspectos y no introducir fotos de fiestas o demasiado personales en nuestro perfil cuando se trata de un entorno profesional.


Luz Fernández - ParaSaber

FUENTE: AREAH
ENLACE: http://www.arearh.com/

domingo, 27 de junio de 2010

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FRACASO ESCOLAR


DAR CON EL ORIGEN DEL PROBLEMA, PRIMER PASO PARA SUPERARLO


El trabajo común de padres y educadores es un elemento básico para afrontar una realidad creciente y preocupante

El fracaso escolar es uno de los problemas más graves que sufren en la actualidad los sistemas educativos. La trascendencia de sus consecuencias, que sobrepasan el ámbito escolar, y su extensión, en mayor o menor grado por todos los países desarrollados, justifican el interés de instituciones y asociaciones de docentes y de padres por paliar sus efectos. Los datos avalan el alcance de esta realidad. Así, el 72% del desempleo de los menores de 25 años tiene relación estrecha con el abandono de los estudios y el fracaso escolar. Según datos del Instituto Nacional de Calidad y Evaluación (INCE), casi la tercera parte de los alumnos adolescentes de nuestro país, estudiantes de ESO, obtiene calificaciones negativas. En la enseñanza media un 32% de los alumnos repite curso, un 35% no termina con éxito 2º de ESO, el 48% no supera el bachiller y en la universidad el abandono de los estudios ronda el 50%.
En nuestro país uno de cada cuatro niños fracasa en sus estudios, con los consiguientes problemas que ello acarrea, incluidos los psíquicos. Matemáticas, lengua e inglés son las materias en las que se registra un mayor fracaso escolar. Frente a la media europea (20%), el índice español de fracaso, cerca del 29%, sólo es superado por Portugal, con algo más del 45%. Las estadísticas oficiales indican que la Comunidad con mayor fracaso escolar es Canarias, con un 35,8%, mientras que la de Asturias es la más baja con un 14,4%, seguida de Navarra, con un 17,3% y la Comunidad Autónoma Vasca, con un 17,5%.
Estos datos, unidos a los que reflejan el elevado nivel de absentismo escolar y de abandono, muestran la existencia de un alto grado de fracaso escolar que requiere una acción global alejada de la creencia de que los alumnos en apuros son «vagos» o «tontos». El hecho de que haya escolares con dificultades para superar con éxito las exigencias del sistema educativo implica no sólo factores individuales, sino educativos, sociales y culturales.
Podemos hablar de fracaso escolar cuando el alumno no consigue los objetivos propuestos para su nivel y edad y existe un desaprovechamiento real de sus recursos intelectuales. Esto suele tener como consecuencia una actitud negativa ante el aprendizaje. Muchas son las causas que pueden originar un fracaso escolar. Las más reseñables son los trastornos de aprendizaje y los trastornos emocionales. Las cifras varían según los diferentes estudios, pero se puede decir que sólo un 2% de los fracasos se debe a factores intelectuales, mientras que alrededor de un 29% está originado por trastornos de aprendizaje, entre los que destaca la dislexia. La misma proporción se debe a factores emocionales de todo tipo, y un preocupante 10% lo ocupa el Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH).
El fracaso escolar también puede darse como consecuencia de las dificultades en el aprendizaje acumuladas por el niño a lo largo de varios cursos, e incluso puede ser un síntoma claro de la inadaptación del niño al centro escolar, debido a planes pedagógicos mal concebidos, organizados y orientados, con exigencias excesivas y formas de enseñanza ineficaces.


CAUSAS DEL FRACASO ESCOLAR

• Intelectuales. Surgen como consecuencia de un desajuste entre la edad cronológica y la intelectual, y se da tanto en niños con algún tipo de deficiencia mental como en niños superdotados. También puede producirse por una falta de base sólida en los cursos anteriores.
Lo más común es que se registren insuficiencias en alguna de las dos áreas generales en que se divide la medición de la inteligencia: el área verbal y el área de ejecución manual. La primera incluye, entre otros factores, la comprensión y el uso del lenguaje, así como formas específicas de memoria, juicio social, pensamiento lógico, concentración y pensamiento asociativo. La segunda abarca la coordinación vasomotora, la organización de la percepción, la habilidad para planear una acción y otros factores.
Si existe una deficiencia intelectual, por muy leve que sea, el niño no va a poder adquirir los conocimientos que debería y desde el principio de la escolaridad se retrasa y se va distanciando de sus compañeros. Este retraso no es recuperable y el niño saca más partido de una educación especial. También se puede tratar con terapia del habla, con terapia ocupacional o con terapia educativa, según corresponda.
• Motivación. Aunque el estudiante tenga una inteligencia normal o por encima de la media, pueden reproducirse serios problemas de aprovechamiento escolar si no se siente motivado a aprender. A este respecto también influyen en el estudiante, y actúan como estímulos que le invitan a seguir manteniendo el mismo nivel de esfuerzo, el reconocimiento por los seres queridos, la aceptación social y el logro de metas a corto plazo. Otro motivo importante de desmotivación es la inexistente correlación entre los contenidos impartidos en la escuela y las necesidades reales de una sociedad tan cambiante como la nuestra. Los estudiantes saben que muchos de sus esfuerzos realizados no les van a servir de nada en la vida real y que el éxito académico no les asegura en absoluto el éxito en su vida profesional futura.
La solución a este problema pasa por averiguar qué ocasiona el bajo grado de motivación. El siguiente paso es comenzar a trabajar para aumentarlo. Este proceso puede llevar su tiempo, y en muchos casos es necesaria la ayuda profesional para conseguir cambios satisfactorios.
• Problemas orgánicos. En ocasiones, el buen rendimiento escolar se ve afectado por un problema físico que provoca cierto grado de absentismo escolar o por una enfermedad crónica que genera cierto grado de cansancio en el niño. Entre estos problemas que pueden afectar al niño de manera física o sensorial y provocar un retraso en la adquisición de los conocimientos elementales globales o parciales, se encuentran los visuales o auditivos (miopía, hipermetropía, hipoacusia, etc.), los problemas de orientación espacio-temporal, la dislexia, etc. También está comprobado que los niños que duermen poco o mal, y los que no se alimentan correctamente, en especial en el desayuno, rinden menos de lo que sería deseable.
• Problemas emocionales. Suelen darse tanto en niños con carencias afectivas como en niños sobreprotegidos, así como en niños hiperactivos, inseguros o con exceso de fantasía o algún sentimiento de inferioridad, niños que hayan sufrido la perdida de uno o ambos progenitores, niños con padres muy severos, con un mal ambiente familiar, etc. Estas circunstancias suelen degenerar en trastornos de carácter acompañados de inestabilidad, cólera y reacciones negativas frente al profesor y los compañeros, lo que acarrea importantes dificultades de integración en el colegio.
El niño también puede padecer "fobia escolar", que se origina en los primeros contactos con el colegio y se manifiesta con su oposición tajante a la vida y a las tareas escolares.
• Técnicas y hábitos de estudio. Muchos son los escolares que no saben cómo estudiar. Nadie les enseña cómo se trabaja o se estudia. Hay que aprender a aprender. Un gran esfuerzo en intentar asimilar una materia sin saber cómo hacerlo trae consigo un pobre resultado con el consiguiente desánimo por parte del estudiante. Convertir el estudio en un hábito es otra de las herramientas para alcanzar el éxito académico. El estudio es una tarea cotidiana, que requiere una práctica constante, pero si no es reconfortante en sí, la formación del hábito es más difícil.
• Programación inadecuada. En ocasiones se exige al niño tareas muy difíciles para su nivel de maduración intelectual. Se pretende que todos los niños del curso escolar rindan por igual. A veces también hay una falta de coordinación entre los distintos cursos o ciclos escolares, o discrepancias manifiestas entre los distintos educadores, o entre los educadores y los padres, que pueden llegar a confundir al niño. Y qué decir de los larguísimos temarios que muchas veces quedan inacabados o, cuando menos, mirados de pasada.
• Los profesores. Clases numerosas, falta de respaldo por parte de sus superiores o de especialistas, hacen que en ocasiones el profesor transmita al alumno sentimientos de inseguridad e infravaloración.


LOS PADRES, PIEZA CLAVE PARA SUPERAR EL FRACASO ESCOLAR


• Reconozca y acepte que su hijo tiene dificultades. Estudie el problema, localice dónde falla el proceso educativo y ponga los medios necesarios para superarlo.
• Demuéstrele que le quiere no por sus éxitos, sino por él mismo.
• Infórmese por todo lo relacionado con su colegio. No sólo por las notas, también son importantes sus problemas con los compañeros o de relación con los profesores. El niño debe sentir que sus estudios son un asunto que interesa.
• Participe en las actividades escolares que impliquen la presencia de los padres.
• Muestre predisposición y atienda sus necesidades y preguntas en casa, pero nunca jamás le haga el trabajo.
• Haga saber a su hijo que usted no conoce la respuesta a todas las preguntas y propóngale buscar juntos aquellas que desconozca.
• Potencie en el niño la confianza en sí mismo. El entusiasmo se contagia.
• Permítale que tome decisiones y asuma responsabilidades acordes con su edad.
• Nunca le compare con sus hermanos o amigos.
• Jamás le haga sentirse inútil o culpable.
• Sea coherente. Si su hijo ve leer en su casa y usted comparte con él conocimientos es más fácil despertar su deseo de aprender.
• Cree una atmósfera que estimule su curiosidad.
• No asedie a su hijo con la idea del estudio. Explíquele cuáles son los objetivos y qué es lo que se espera de él.
• Antes de decidir, hable con el niño para saber cuál es su problema y qué tipo de ayuda puede ofrecerle usted.
• No amenace ni castigue. Apueste, sobre todo, por la persuasión y la estimulación.
• El estudio requiere sus técnicas. Enseñe a sus hijos a estudiar.
• Enséñele a no desanimarse. Explíquele que hay que ser tenaz y buscar alternativas.
• Evite transmitir mensajes negativos del tipo «eres un mal estudiante» porque puede llegar a creérselos y bloquear su desarrollo posterior.
• Celebre sus éxitos, por mínimos que sean.
• Las clases particulares no siempre son la solución. Si lo hace, debe suprimir la ayuda en cuanto se obtengan los resultados deseados.
• Enriquezca su ocio. Que no vea sólo la televisión. Enséñele programas adecuados, llévele a museos, cuéntele historias, haga que tenga contacto con la naturaleza...



FUENTE: REVISTA CONSUMER EROSKI
ENLACE: http://revista.consumer.es/web/es/20050101/actualidad/informe1/69449_3.php

miércoles, 16 de junio de 2010

¡LIBERTAD! - ALFONSINA STORNI

Entré a tu alma a conocerla y tuve
horror tan pronto que en su seno estuve.

Tu alma es una habitación cuadrada
de aire grasiento y humedad salada.

La luz por claraboya miserable
entra hasta la buhardilla inhabitable.

Alma de un muerto tanto horror no diera,
alma de muerto tanto mal no hiciera.

Crujieron mis pulmones: en el seno
del alma tuya respiré veneno.

Dije en un grito lúgubre y horrendo,
dije en un grito que lo estoy oyendo:

"Aire, más aire para el alma mía;
no puedo más, me estoy intoxicando".

¡Ah!... ¡Me he salido ahogando y correteando
estoy ahora por la selva umbría...!

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martes, 15 de junio de 2010

DIME COMO ESTUDIAS Y TE DIRÉ SI APRUEBAS


Dedicar el tiempo necesario, concentrarse en la tarea y poner el esfuerzo en comprender la materia, claves para superar con éxito los exámenes
Invisibles durante buena parte del curso académico, los exámenes se convierten en auténtica obsesión para los estudiantes durante los meses que van de febrero a junio. En nuestro país, casi dos millones de alumnos de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), 618.000 estudiantes de bachillerato y 1.300.000 universitarios pondrán a prueba los conocimientos que han adquirido en lo que va de curso. Nervios, ansiedad, incluso pánico y estrés son invitados indeseados estos días en las habitaciones juveniles de muchos hogares. El temor a suspender, a no contar con el tiempo necesario para preparar todo el temario o a 'quedarse en blanco' en el momento crucial asalta y preocupa a numerosos estudiantes, y también, a sus progenitores. Una angustia que no es del todo negativa ya que, dicen los psicólogos, este hormigueo de nervios que ataca a los alumnos cuando preparan evaluaciones o exámenes potencia las facultades intelectuales y les ayuda a mejorar el rendimiento.
El problema surge cuando esa leve tensión da paso a la ansiedad, y ésta termina por derrotar al estudiante. Se trata de evitarlo. Y se puede evitar siguiendo los consejos de los educadores y psicólogos de EROSKI CONSUMER que, en la escuela online ¿Aprender a Aprender? (http://escuelas.consumer.es/web/ es/aprender_a_aprender/) recomiendan poner en práctica hábitos que ayudan a mejorar el estudio no sólo el día anterior al examen, sino durante los meses precedentes. Porque, según indican, «es una cuestión de actitud». Eso sí, actitud pero con método e hincando los codos, porque aunque las nuevas tecnologías ayudan y facilitan agunas tareas, como el acceso a la información, no hay fórmulas que permitan superar los exámenes sin estudiar, ni siquiera estudiando sólo un poco. Estudiar mucho y bien es el mejor método para que la falta de confianza se transforme en seguridad, que es el antídoto más eficaz para enfrentarse sin miedo a cualquier examen.

Aprender comprendiendo

Más allá de la edad del estudiante o de la magnitud del examen, la primera regla de oro a interiorizar es comprender todo lo que se estudia. Además de que en general es poco útil, de poco sirve aprenderse todo de memoria sin entender apenas nada, porque el pánico se puede apoderar del estudiante en el momento en el que se olvide una palabra o una frase que haga perder sentido a un contenido aprendido de memoria. La información se desordenará y el alumno se mostrará incapaz de contestar a la pregunta del examen o cometerá errores de bulto que deletarán su desconocimiento de la materia.
Para hacernos una idea general de los contenidos, lo mejor es realizar una lectura rápida y atenta del tema o texto a estudiar.

A continuación, una segunda lectura, más analítica y en la que se subrayarán las ideas y datos fundamentales.

No conviene reservar la madrugada para el estudio porque el rendimiento es menor
Es el momento hacer un esquema que sirva de base para hacer un resumen del tema, y que será el que se estudiará en profundidad desarrollándolo de forma oral o por escrito. Así, se interioriza la información lógica y visual de la materia.
El esquema se asemeja a una fotografía de la estructura del tema a estudiar con sus ideas principales y secundarias, mientras que el resumen es la herramienta que permite relacionar esas ideas. Además, al elaborarlo y estudiarlo se va uno acostumbrando a redactar los contenidos sin olvidar ningún dato importante.
Si esta tarea se hace a lo largo de la evaluación o del cuatrimestre, resultará más fácil y rápido asimilar y memorizar los contenidos.

Preparar la materia

Tiempo y planificación. Lo primero en lo que debe pensar todo estudiante cuando comienza el curso, o en los meses previos a la celebración del examen, es en organizar la materia y fijar plazos viables para enfrentarse a ella contando con un 'planning' diario de estudio. Caer en el error de dejar todo el temario para estudiarlo los días anteriores o, incluso, para la víspera acaba pasando factura. Por eso, el tiempo es el mejor compañero de estudios, ya que permite poner en práctica las técnicas de aprendizaje más adecuadas. Es lo que se denomina aprender con método.

No todo es estudiar

Además de estudiar a tope para preparar el examen, se debe prestar atención a un par de cosas que pueden contribuir decisivamente a lograr una buena calificación en el examen:
Asistir a clase y prestar atención a las explicaciones del profesor es más útil que preguntar después a los compañeros que han atendido. Con ello, el estudiante no sólo será capaz de crear unos apuntes de calidad sino que también podrá detectar los puntos en los que el docente hace especial hincapié, y que son los que más posibilidades tienen de aparecer en el examen.
Es convenienten además interesarse por las costumbres del profesor cuando programa un examen: su forma de calificación, lo que más valora y lo que más penaliza, si tiende a repetir preguntas de exámenes anteriores, si se decanta por un ejercicio en forma de test o por el tradicional...

De día y con descansos

Para cumplir con el 'planning' diario de aprendizaje, el estudiante debe marcarse un ritmo de estudio suficiente y constante. Estudiar intensamente durante cinco o seis horas un día y no volver a tocar los libros hasta dentro de una semana no es buena estrategia. Un buen ritmo de trabajo se logra estudiando cada jornada y, si es posible, sin esperar a la madrugada. Los expertos así lo aconsejan, ya que el estudiante está más despejado. Recalcan que no es conveniente estudiar por la noche. Por un lado, se rinde menos porque nuestro organismo está acostumbrado a descansar a esas horas. Por otro, al día siguiente el estudiante está agotado y necesitará dormir al menos durante parte del día, por lo que el hábito de estudio se frena y no resulta eficaz.

Caundo se organizan las sesiones de estudio, hay que tener en cuenta los descansos, siempre necesarios. Hay especialistas que recomiendan descansar cinco minutos por cada hora de estudio, mientras que otros proponen que estos mini periodos de descanso se vayan acumulando a lo largo de la mañana o de la tarde y se disfrute de ellos en un pequeño paréntesis a mitad de sesión. Si la rutina de estudio empieza a las ocho y media de la mañana y termina a las dos, el recreo sería a las 11:30 y duraría 30 minutos. Es, de todos modos, el propio estudiante quien debe establecer su propio método de estudio. Ahora bien, conviene estudiar siempre a la misma hora.
La concentración
No se trata de permanecer horas y horas en la habitación de estudio o biblioteca, sino de ser eficiente y aprovecharlas al máximo. No sólo son recomendables las pequeñas pausas para despejar la cabeza y tomar nuevas fuerzas para las sesiones siguientes, sino que conviene reservar para después del tiempo de estudio un poco de fuerza anímica e incluso física, en su caso, para destinarla a una actividad agradable que ayude a la relajación y a la desconexión. Salir a dar un paseo, practicar deporte o charlar con los amigos son algunas opciones válidas.

La dieta ayuda

Una alimentación bien planteada y planificada ayuda a que el rendimiento académico del estudiante mejore. En época de exámenes se produce un gran desgaste físico y psíquico que puede reducir la concentración. La masa cerebral representa entre un 2% y un 3% del peso corporal, pero consume hasta un 20% de la energía que proporciona la ingesta de alimentos. No por ello los estudiantes deben aumentar el número de calorías en su menú, sino cuidar que incluya los nutrientes necesarios. Las vitaminas del grupo B -presentes sobre todo en fruta, verduras, legumbres-, la vitamina E -en cereales y frutos secos-, y sales minerales como el potasio, magnesio y zinc, además de los oligoelementos -litio, silicio, selenio y cromo- deben incluirse en la dieta. Su toma está vinculada con la capacidad de concentración, la memoria, el rendimiento intelectual e incluso, en algunos casos, el estado de ánimo. Si se desean tomar vitaminas adicionales conviene que estén recomendadas por un especialista y se debe recordar que sólo se obtendrán resultados después de periodos de tratamiento de al menos varias semanas, y no a corto plazo.
Para que la dieta del estudiante contribuya a que los resultados del examen sean mejores, hay que empezar el día con un desayuno completo, no con un café o un vaso de leche sin acompañamiento.
Los nutricionistas de EROSKI CONSUMER aconsejan distribuir la dieta, en época de exámenes, en cinco tomas: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena. En las comidas principales no faltarán legumbres, pescado, carne, huevos y vegetales verdes. A modo de tentempié conviene tomar derivados lácteos, fruta, cereales y frutos secos. Pese a que es una costumbre muy arraigada, se debe evitar el consumo excesivo de café o bebidas con cafeína.

FUENTE: REVISTA CONSUMER (EROSKI)

http://revista.consumer.es/web/es/20100601/salud/75578_2.php

lunes, 14 de junio de 2010

ANTONIO MACHADO

PROVERBIOS Y CANTARES
(fragmentos)

A José Ortega y Gasset

I

El ojo que ves no es
ojo porque tú lo veas;
es ojo porque te ve.

II

Para dialogar,
preguntad, primero;
después... escuchad.

VIII

Hoy es siempre todavía.

IX

Sol en Aries. Mi ventana
está abierta al aire frío.
-¡Oh rumor de agua lejana!-
La tarde despierta al río.

XVII

En mi soledad
he visto cosas muy claras,
que no son verdad.

XXIV

Despacito y buena letra;
el hacer las cosas bien
importa más que el hacerlas.

XLIX

¿Dijiste media verdad?
Dirán que mientes dos veces
si dices la otra mitad.

LVIII

Creí mi hogar apagado,
y revolví la ceniza...
Me quemé la mano.

LXXXV

¿Tu verdad? No, la Verdad
y ven conmigo a buscarla.
La tuya, guárdatela.

XCIX

-¿Mas el arte?...

-Es puro juego,
que es igual a pura vida,
que es igual a puro fuego.
Veréis el ascua encendida.