lunes, 22 de noviembre de 2010

SENECA "DE LA IRA" VIII


Nadie gana sino con daño de otro: se detesta a los felices y se desprecia a los desgraciados; los humillados por los grandes humillan a los pequeños; a todos animan diferentes pasiones, y todo lo destruirían por leve placer o ligero provecho. Esta es vida de gladiadores que habitan en común para pelear unos con otros. Esta es sociedad de fieras, exceptuando que las fieras son mansas entre sí y se abstienen de desgarrar a sus semejantes, mientras el hombre quiere la sangre del hombre. En una cosa sola se distingue de los animales: en que estos deponen su furor ante el que les lleva el pasto, mientras que la rabia del hombre devora a los que le alimentan. Nunca cesará de irritarse el sabio si una vez comienza. Lleno está todo de crímenes y vicios, y se comenten muchos más de los que pueden corregirse con la coerción. Trabada esta empeñada lucha de maldad, diariamente aumenta el apetito del mal y va siendo menor la vergüenza. Desterrando todo respeto de los honesto y lo justo, la pasión se precipita a su capricho, y ya no se ocultan los crímenes en la sombra, sino que caminan a la vista: la depravación se ha hecho tan común, y de tal manera domina en los corazones, que la inocencia no es escasa ya sino nula. ¿Acaso son pocos y raros los que violan la ley? Por todas partes, y como a señal dada, precipítanse todos para confundir el bien y el mal.

.... Non hospes ab hospite tutus,
Non socer a genero; fratrum quoque gratia rara est,
Imminet exitio vir conjugis, illa mariti.
Lurida terribiles miscent aconita novercae.
Filius ante diem patrios inquirit in annos.

Esta es pequeña parte de los crímenes, porque no describe un pueblo dividido en dos campos enemigos, los padres y los hijos ligados por juramentos diferentes, la patria entregada a las llamas por la mano de un ciudadano, y la caballería registrando con rabia por todas partes para descubrir el refugio de los proscritos, y las fuentes públicas emponzoñadas, y la peste propagada con la mano, y los fosos abiertos por nosotros mismos en derredor de nuestros padres sitiados, llenas las cárceles, y el incendio devorando ciudades enteras y dominaciones funestas, y las ruinas de los estados y de los reinos tramadas en secretos consejos, y la gloria atribuida a acciones que son crímenes cuando se las puede reprimir; los raptos y violaciones, y el libertinaje que ni siquiera exceptúa la boca.

SENECA (LOS PRINCIPIOS Y LA CONDUCTA)


Pero alguno de ésos que ladran contra la filosofía dirá, como suelen: "¿Por qué hablas con más energía que vives? ¿Por qué bajas el tono delante de un superior, y consideras que el dinero es para tí un instrumento necesario, y te alteras por un contratiempo, y lloras al enterarte de la muerte de tu esposa o de un amigo, y miras por tu fama, y te afectan las habladurías malévolas?, ¿Por qué tu campo está más cultivado de lo que pide el uso natural?, ¿Por qué no cenas según tus preceptos? ¿Por qué tienes un mobiliario demasiado elegante?, ¿Por qué se bebe en tu casa un vino más viejo que tú?, ¿Por qué se instala una pajarera, ¿Por qué se plantan árboles que no han de dar más que sombra?, ¿Por qué tu mujer lleva en las orejas la renta de una casa opulenta?, ¿Por qué tus esclavos se visten con ropas preciosas?, ¿Por qué es en tu casa un arte el servir la mesa y no se coloca la plata al azar y de cualquier manera, sino que se sirve con pericia y tienes un maestro de arte cisoria?". Añade aún, si quieres:" ¿Por qué tienes posesiones más allá del mar?, ¿Y más de las que conoces=. Es una vergüenza que seas tan negligente como para no conocer a unos poquillos esclavos, o tan fastuosos como para tener más que los que la memoria alcanza a conocer". Ayudaré enseguida a tus reproches y me haré más objeciones que las que imaginas; ahora te responderé esto: "No soy un sabio y, para que tu benevolencia se regocije, nunca lo seré. Por esto no exijo de mí ser igual que los mejores, sino mejor que los malos: me basta con podar todos los días algo de mis vicios y castigar mis extravíos. No he llegado a la salud, ni llegaré siquiera; compongo para mi gota más calmantes que remedios, contento si los ataques son menos frecuentes y menos dolorosas, pero comparado con vuestros pies, yo, impotente, soy un corredor".


domingo, 7 de noviembre de 2010

Antonio Machado "El Mañana Efímero"

La España de Charanga y pandereta,
cerrado y sacristía,
devota de Frascuelo y de María,
de espíritu burlón y de alma inquieta,
ha de tener en mármol y su día,
su infalible mañana y su poeta.


El vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero.
Será un joven lechuzo y tarambana,
un sayón con hechuras de bolero,
a la moda de Francia realista,
un poco al uso de París pagano,
y al estilo de España especialista
en el vicio al alcance de la mano.
Esa España inferior que ora y bosteza,
vieja y tahúr, zaragatera y triste;
esa España inferior que ora y embist e,
cuando se digna usar de la cabeza,
aún tendrá luengo parto de varones
amantes de sagradas tradiciones
de sagradas formas y maneras;
florecerán las barbas apostólicas,
y otras calvas en otras calaveras
brillarán, venerables y católicas.
El vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero,
la sombra de un lechuzo tarambana,
de un sayón con hechuras de bolero;
el vacuo ayer dará un mañana huero.


Como la náusea de un borracho ahíto
de vino malo, un sol rojo corona
de heces turbias las cumbres de granito;
hay un mañana estomagante escrito
en la tarde pragmática y dulzona.
Mas otra España nace,
la España del cincel y de la maza,
con esa eterna juventud que se hace
del pasado macizo de la raza.
Una España implacable y redentora,
España que alborea
con un hacha en la mano vengadora.
España de la rabia y de la idea.

FOTOS 24 EN NEGRO