lunes, 7 de junio de 2010

AMANTES DE LA CALLE

REPORTAJES CULTURAS 16



La cantidad de jóvenes seguidores de la cultura urbana ha aumentado tanto que cada vez es más común ver graffitis en las paredes de la ciudad o escuchar hip hop en cualquier rincón de la ciudad

Carmen Reyes

culturas@lacalledecordoba.com



Zapatillas, ropa ancha y gorra. Normalmente así es como se reconoce alguien que pertenece a la cultura urbana. Aunque no todos visten así, pues este tipo de movimiento es más un estilo de vida, una forma de pensar, que un físico marcado por la ropa, según declaran algunos de sus seguidores.

A pesar de que muchos piensan que la cultura urbana nació en el Bronx neoyorquino en los años 70, lo cierto es que una década antes ya había raperos en Jamaica. Sin embargo, los más conocidos fueron los de los barrios marginales de la Gran Manzana, que al no dejarlos entrar en los locales de los barrios más chic de la ciudad, organizaban ellos sus propias fiestas callejeras, donde reinaba una música muy parecida al funky, a la que habían aislado la percusión y la extendían.

Por aquellos entonces también surgió el baile, el breakdance (break significa romper en inglés), para competir pacíficamente, es decir, las pandillas luchaban a través del baile para ver quiénes eran los líderes. Una lucha sin armas ni golpes que ha dado lugar a lo que hoy conocemos como batalla de break.

También para marcar territorio nacieron los graffitis. Estos dibujos en las paredes comenzaron siendo firmas. Los graffiteros exponían su nombre en grande y con colores para que todo el mundo supiera quién mandaba en el barrio. Hoy en día es una forma más de expresión, de crear arte, aunque no podamos contemplarlo en ninguna galería porque esta cultura pertenece a la calle.

Poco después de su surgimiento, este estilo de vida llegó a Europa. En Córdoba se instaló a mediados de los años 80. En algunas zonas del centro ya se bailaba breakdance, y también existían grupos de rap como Under Hop o 957 Colt.

Y poco a poco, la cultura urbana está ganando cada día más adeptos, en su mayoría personas jóvenes. Esto se debe a la inconformidad que sienten con la sociedad, la política o las normas establecidas, a la rebeldía y el ir en contra de todo, características que siempre han estado unidas a la población juvenil.

Porque la cultura urbana es “mucho más que escuchar música o pintar una pared. Es una forma de vida, una manera de pensar, una forma de luchar contra con lo que estos jóvenes no están de acuerdo a través de la musica o la pintura”. Así la define uno de sus seguidores.

En Córdoba, podemos ver esta tribu urbana en cualquier rincón de la ciudad, “aunque se concentran más en la zona de los Ministerios”, cuenta Francisco Sierra, fundador de la asociación Culturópolis. Si en embargo, cada día con más frecuencia, pub y salas especializadas cuentan con este tipo de música e incluso organizan batallas.

Tanto está creciendo esta manera de pensar, que hasta han surgido asociaciones que respaldan a sus seguidores. Este es el caso de Culturópolis, una asociación que cuenta ya con más de 40 simpatizantes. Fue creada por tres cordobeses que se definen dentro de esta cultura. Francisco Sierra, su hermano DJ Zeten y su amigo Chicho, decidieron hace dos años formalizar su grupo de amigos, que se dedicaba a organizar eventos como jornadas de hip hop o pintadas de graffitis. La última ocasión de poder disfrutar del arte del spray tuvo lugar el pasado 8y 9 de mayo, con motivo de la actividad 16 pintadas por el 2016 para apoyar a Córdoba en su candidatura a la capitalidad durante la fiesta del Día de Europa, o las jornadas del pasado 24 de abril, en la Casa de la Juventud, donde se dieron cita todos los hiphoperos para disfrutar de doce horas de rapeo, baile y graffitis.

Tres disciplinas que definen la cultura urbana, junto con otras como el skate o el roller, unos deportes con los que soltar adrenalina subido en un monopatín o a unos patines haciendo piruetas imposibles.

En Córdoba, no se suele practicar este tipo de deporte, sin embargo, cada vez tiene más seguidores. Eni, es uno de ellos. Lleva patinando desde los 13 años, ahora tiene 17, y su afición le surgió cuando sus padres le regalaron sus primeros patines. Entonces, empezó a ver a jóvenes que hacían acrobacias mientras patinaban. Así es cómo Eni se convirtió en roller. Afirma que el panorama de este deporte en la ciudad “está bastante bien porque han hecho un skatepark nuevo en Cañero y hay algunas zonas públicas para los skater”.

Arte en la pared

Otro amante de lo urbano es 3VSC, que así es como se le conoce a este chico en el mundo graffitero. Este joven de apenas 18 años lleva desde los 16 haciendo graffitis. Empezó a pintar cuando comenzó a juntarse con otros graffiteros y le picó el gusanillo del spray. Pero se queja por no encontrar alguna zona habilitada dentro de la ciudad, “aquí no hay ningún muro legal para poder expresarnos”. A pesar de esto, reconoce que “de un tiempo a esta parte se están viendo más graffitis”.

Este estudiante de bachillerato lleva el amor por el dibujo en las venas, ya que algún día quiere dedicarse profesionalmente a “algo relacionado con el arte”. Pero de momento seguirá pintado graffitis porque “me gusta esta forma de expresar lo que quieres de manera distinta”.

Y es que la cultura urbana tiene sus propios medios de expresión, en este caso a través de la pintura; en otros, a través de la música.

Rapeando

Como es el caso de Extremaunzion, un grupo de rap del que Escudero es uno de sus miembros. Compuesto por tres jóvenes estudiantes, Zero MC, Nevi MC y el propio Escudero, que aspiran a poder dedicarse a esto, este grupo lleva en el panorama urbano cordobés desde hace 6 años.

Escudero forma parte de él casi de rebote. “Yo tenía otro grupo, pero comencé a salir con una chica de Extremaunción, Nevi MC, y me quedé a formar parte de él”. Escudero, que lleva en el mundo de la música desde hace casi 10 años, critica el no tener más apoyo por parte de otros hiphoperos, “porque aquí te hacen la zancadilla, sin embargo en Sevilla se apoyan los unos a los otros, están más unidos”. Y esa ayuda es la que necesita para salir adelante, aunque poco a poco lo van consiguiendo. Tienen grabada una promo, Dificultad Extrema, y están trabajando en una maqueta.

Afirma que utilizan este medio para comunicarse debido a que “normalmente la libertad que tenemos para expresarnos está un poco coartada, y haciendo canciones podemos expresar nuestras críticas a la sociedad, a la política, amor, puedes expresar cualquier cosa”.

A mover el esqueleto

Pero no sólo se encuentra esta parcela dentro de la música, también el baile es muy importante en este tipo de vida. Jesús Jurado es el coreógrafo y profesor de baile de Atlantes Dance, un grupo formado por unos diez bailarines. Jesús lleva con estos chicos de entre 20 y 28 años, desde el año 98, aunque con el paso del tiempo, el grupo ha ido cambiando sus integrantes.

Cuando Jesús empezó a dedicarse a impartir clases de baile en el gimnasio Atlantes, fue creado para ser un grupo de competición, pero “a partir de ahí, empezamos a sacar otro tipo de cosas, como espectáculos”. Hoy en día, además de hip hop y funky, también bailan distintos estilos, e incluso, “fusionamos el hip hop con el flamenco, el contemporáneo, la danza clásica, ya que lo que intentamos es tocar cada vez más terrenos”.

Programas y series de televisión sobre baile han potenciado que cada día más jóvenes se acerquen al gimnasio para aprender a bailar, “pero eso son modas y cuando acaba el programa se les acaban las ganas de bailar”. Sin embargo, el que de verdad lo lleva dentro, no le importa que se acabe el programa, “pero siempre trae más clientes, aunque sea temporalmente”.

A pesar de que la mayoría de los integrantes del grupo bailan como hobby, muchos de ellos tienen la carrera de danza y experiencia en el mundo del baile, “pero no sé si se quieren dedicar a esto profesionalmente, ya que casi todos trabajan o estudian, esto es como un extra”.

Medio de transmisión

Todo esto lo podemos conocer debido a que en los últimos años ha habido una fuerte expansión de la cultura urbana a través de los medios de comunicación, especialmente en Internet. La televisión también ha emitido documentales sobre el hip hop o el mundo del graffiti, e incluso los programas musicales de la radio emiten cada vez con mayor frecuencia este estilo de música.

La cultura urbana, considerada como una subcultura por algunos, es una forma de expresión muy seguida dentro y fuera de nuestro país. Un estilo de vida, en el que poco a poco, se están refugiando más jóvenes.

PUNTO DE ATENCIÓN


Música con éxito

La cultura urbana nació con la música. Hip hop y rap fueron los que dieron origen a esta filosofía de vida. Unos estilos musicales que han llegado a dar nombres tan conocidos como Eminem, que ganó el Óscar a la mejor canción por su participación en la película 8 Millas. Y no sólo este cantante ha conseguido hacerse con un hueco importante en el panorama musical mundial. Cada vez son más las mujeres que tienen éxito con este estilo, en un mundo en el que siempre han dominado los hombres. Missy Misdemeanor Elliott o Trina han alcanzado los primeros puestos de ventas de discos en EEUU, el territorio del hip hop por excelencia. Pero no sólo en este país se pueden encontrar artistas con éxito dentro de este tipo de música. En España también hay algunos que han participado en la banda sonora de alguna película o incluso han vendido más discos que otros artistas de música comercial. La Mala Rodríguez, SFDK, o los Violadores del verso son algunnos de los referentes en el panorama español de hip hop, al igual que el Langui, un discapacitado que, aunque ya alcanzó la fama con su grupo La Excepción, se hizo más popular con su participación en la película El truco del manco, con la que consiguió el Goya al mejor actor revelación y a la mejor canción original.


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