jueves, 20 de febrero de 2014

SE TRATA DE ALGO POSITIVO

Hoy, por ejemplo, estoy más bien contento.
No se bien las razones mas por si acaso anoto:
Mi estómago funciona,
mis pulmones respiran,
mi sangre apresurada me empuja a crear poemas.
(solamente -¡qué pena!- no sé medir mis versos.)

Pero igual, deliro: Rosa giratoria
que abres dentro de mí un espacio absoluto,
noches con cabezas
de cristal reluciente,
velocidades puras del iris y del oro.
(Solamente -¡qué pena!- estoy un poco loco.)

Mas es real, os digo, mi sentimiento virgen,
reales las palabras absurdas que aquí escribo,
real mi cuerpo firme,
mi pulso rojo y lleno,
la tierra que me crece y el aire en que yo crezco.
(Solamente -¡qué pena!- si vivo voy muriendo.)

GABRIEL CELAYA (1945)

AVISO

La ciudad es de goma lisa y negra,
pero con boquetes de olor a vaquería,
y almacenes de grano, y a madera mojada,
y a guarnicionería, y  a achicoria, y a esparto.

Hay chirridos que muerden, hay ruidos inhumanos,
hay bruscos bocinazos que deshinchan
mi absurdo corazón hipertrofiado.

Yo me alquilo por horas, río y lloro con todos
pero escribiría un poema perfecto
si no fuera indecente hacerlo en estos tiempos


GABRIEL CELAYA (1946)

lunes, 10 de febrero de 2014

LA LINEA DE MADERA




Yo soy un carpintero ciego, sin manos.
                                                                       He vivido
Bajo las aguas, consumiendo frío,
Sin construir las cajas fragantes, las moradas
Que cedro a cedro elevan la grandeza,
Pero mi canto fue buscando hilos del bosque,
Secretas fibras, ceras delicadas,
Y fue cortando ramas, perfumando
La soledad con labios de madera.

            Amé cada materia, cada gota
            De púrpura o metal, agua y espiga
            Y entré en espesas capas resguardadas
            Por espacio y arena temblorosa,
Hasta contar con boca destruida,
Como un muerto, en las uvas de la tierra.

Arcilla, barro, vino me cubrieron,
Enloquecí tocando las caderas
De la piel cuya flor fue sostenida
Como un incendio bajo mi garganta,
Y en la piedra pasearon mis sentidos
Invadiendo cerradas cicatrices.

Cómo cambié sin ser, desconociendo
Mi oficio antes de ser,
                                      La metalurgia
Que estaba destinada a mi dureza,
O los aserraderos olfateados
Por las cabalgaduras en invierno?

Todo se hizo ternura y manantiales
Y no serví sino para nocturno.



Pablo Neruda

domingo, 9 de febrero de 2014

CIUDAD NEGRA


Cierto día se levantó el hombre del suelo
 - se puso en pie -
 y le cayó su peluda piel,
 miró hacia el cielo y el mar
y el azul se metió en sus ojos -
Hemos construido una resplandeciente bóveda celeste encima de nosotros - 
¿no es brillante acero? 
Caminamos en luz. Nuestros miembros están bañados en luz. 
Pero dentro de nosotros sueña un oscuro bosque milenario- 
allí vive un animal, oculto en la maleza: 
por las noches anuncia su hambre con aullidos 
y en un momento de descuido se lanza como un tigre 
y destroza nuestra más hermosa cierva -


 ARTUR LUNDKVIST

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