jueves, 1 de diciembre de 2016

EN EL PRINCIPIO




En el principio,
Fue un pensamiento,
Quizás el cliquear
Eléctrico de un silaba
Convertida
En un gesto
Apenas percibido
Por los ojos invertidos
Del censor inapelable de los días.

En el principio,
La inmaculada presencia de una plumilla,
Surgió de la nada
Y emborronó
Las paredes
De signos indescriptibles
Donde las caricias,
Se perdían entre alocadas risas
Que recorrían los bosques
Hasta desvanecerse entre la niebla.

En el principio,
El sonido gutural
De la voz de un niño,
Recorría la piel
Con un abrazo
De estrellas
En el que poder complacerse,
Era el acompasado rasgar
De las cuerdas de una guitarra,
Que llenaba el aire de extrañas melodías
En las que poder embarcarse
Hasta lejanos mundos
Donde sus microcéfalos habitantes
Cubrían sus campos de términos
En el que el acento final,
Se disipaba ligero como un soplido
Entre diminutas motas de polvo blanco.



En el principio la mano,
Fue el apoyo,
En el que sentir
La tibia calidez
De la luz solar
Después del invierno,
Fue,
El gesto generoso
Donde el fin,
Fue el inicio
En el que tomar,
El soplo vital
Que llena los pulmones
Después de la muerte.

En el principio,
La expresión escrita
En el rostro,
Inundo las inundadas piedras
De una calle sin salida
Donde el feroz gesto
De la corrosión mental
Turbaba el ánimo
Hasta tumbarlo
Rodilla en tierra
En los míseros campos del silencio.

En el principio,
Fue un pensamiento,
Una sensación
De alivio,
De sentir
El cantar liviano
De los labios amantes
Que se abrazan
Como ágiles gimnastas
En la sombra de un portal.

En el principio de la nada,
Fue el discurrir atenuado
De una sílaba
Escrita en el papel antiguo
De los instantes caídos,
De los sonidos eclécticos
Que se pierden
Veloces más allá  del pensamiento.


AMADO (diciembre 2016)