miércoles, 27 de septiembre de 2017

Hipnóticos gritos,
Cual desplumadas aves marinas
Por el temporal y la galerna,
Se dejan caer leves
A través del éter
Blanquecino de la mañana,
Igual que una caricia
En la oscurecida entrepierna
De vetustas estatuas de amarillento mármol
Resquebrajadas por el paso del tiempo.


Por muros antiguos
De piedra carbonizada,
Fláccidos muelles  de acero
Rotos por el óxido y el tiempo
Acumulan las palabras desgajadas
Que como gotas
De lágrimas de lluvia se escurren
Entre las comisuras purpúreas
De las bocas cosidas
De los torturados
En infinitas orgías
De sangre y muerte,
Formando grises letanías escritas
En el vacío crepuscular
De afiladas rocas
Que se alzan en la mente
Igual que amenazantes dedos
Señalando la lejanía
En la que resuenan
Los  cantos monocordes
De las huecas oraciones
Que cantadas por extraños seres deformes
De blanca piel y traje oscuro,
Petrificadas gárgolas
Ciegas
De piedra y sal,
Escurren sus voces decadentes
De barítonos moribundos
Y sopranos envejecidas
Por los caminos del viento
Hasta los sueños pequeños de los hombres.


Amado 2017

sábado, 23 de septiembre de 2017

LEONARD COHEN ( POEMA DE LA VISPERA DE TODOS LOS SANTOS)

Ranas imposibles, sus pieles tensas como tambores,
grises con el final de octubre,
las casas de mi calle
estaban agazapadas, inconscientes las unas de las otras

Inconscientes de un viento significativo
y de los niños locos incendiando montones de susurrantes hojas
y del grito desesperado de aves desesperadas



Yo no sé de donde sacaron los pájaros los niños. Desde luego, hay pocos en torno a mi casa. Oh, está el gorrión ocasional o el petirrojo o el abadejo, pero éstos eran pájaros grandes. En torno a cada uno de ellos había varias vueltas de bramante para sujetar sus alas y sus patas.
Era esa clase de bramante particularmente duro que no puede romperse con las manos sino que hace falta utilizar un cuchillo o unas tijeras para cortarlo. Yo estaba tan absorto en el ritual que no estoy seguro de si fueron siete u ocho las que quemaron.

( "Los efluvios de los cuerpos en descomposición eran tan intensos que hasta los mongoles evitaban tales lugares y les llamaron Moubaligh, Ciudad del Dolor." )



Pronto se cansaron del baile
y se quitaron sus disfraces de papel crepe
y recitaron oraciones y lloraron sus lamentos.

(Ahora pienso en ello, las aves
debían ser palomas.)

Eran las nueve menos cuarto
cuando uno de los brillantes jóvenes
incitó al grupo a quemar las ranas,
cosa que hicieron a las nueve.

Si uno de los guerreros de Temugin
atrapaba un ciervo para comerlo
estaba prohibido 
degollarle.
La bestia debía ser atada
y su pecho abierto
y el corazón debía ser arrancado
por la mano del cazador.

Leonard Cohen (Comparemos Mitologías)

Publicado como volumen CIV de la colección VISOR DE POESIA en el año 1979, siendo su editor Alberto Corazón