sábado, 15 de julio de 2017

SONATAS

Sonatas vacías de música
resbalan sus eclécticos sonidos
en yermos campos de piedras aceradas,
llenos de gentes uniformadas
que acechan el horizonte
con miradas renqueantes
intentando atisbar,
el fragor luminoso del rayo
que recorre el camino
antes de llegar al final.

Sonata gris
de grasienta música machacona
incapaz de sonar más allá
del pendular caminar
de obreros grises de inmaculadas manos
y apretadas corbatas
igual que nudos corredizos
que estuviesen a punto de estrangularlos,
grises obreros perplejos
ante el cálido fulgor del amanecer
invadiendo las calles
de las ciudades deshabitadas,
convertidas en lugares muertos
donde los cantos fenecidos
recorren los espacios
en los que las sombras
del ayer más cercano,
acariciando con prostituida lentitud
los pensamientos olvidados
entre las ruinas amarillentas
de desangelados habitáculos
vacíos de caricias,
vacíos de risas,
vacíos de miradas cómplices
de amantes
que retozando su amor clandestino
en oxidadas camas de hierro fundido,
se ocultan invisibles,
a las miradas inquisidoras
de las mentes bienpensantes.


Obreros de ojos glaucos
tomando los espacios
perdidos por la luz,
balanceándose cual borrachas peonzas
entre las deterioradas columnas
de deshabitados templos
donde la diosa morfina
guía los desvencijados pasos
de cuerpos olvidados
entre polvorientas sábanas.

Sonatas de alargados vasos sanguíneos
mecidos por el frío viento del norte
como rotas notas musicales
asomadas
al insondable vacío
de plazas empedradas,
de escaleras imposibles de subir,
de gestos aprendidos
entre volutas de humo azul
más allá de lejanas esquinas,
en las que el continuo clíquear
de los ruidos se desmorona
lentamente en los oídos
hasta llegar al fondo adormecido
de polvorientos sumideros.


AMADO2017