miércoles, 27 de septiembre de 2017

Hipnóticos gritos,
Cual desplumadas aves marinas
Por el temporal y la galerna,
Se dejan caer leves
A través del éter
Blanquecino de la mañana,
Igual que una caricia
En la oscurecida entrepierna
De vetustas estatuas de amarillento mármol
Resquebrajadas por el paso del tiempo.


Por muros antiguos
De piedra carbonizada,
Fláccidos muelles  de acero
Rotos por el óxido y el tiempo
Acumulan las palabras desgajadas
Que como gotas
De lágrimas de lluvia se escurren
Entre las comisuras purpúreas
De las bocas cosidas
De los torturados
En infinitas orgías
De sangre y muerte,
Formando grises letanías escritas
En el vacío crepuscular
De afiladas rocas
Que se alzan en la mente
Igual que amenazantes dedos
Señalando la lejanía
En la que resuenan
Los  cantos monocordes
De las huecas oraciones
Que cantadas por extraños seres deformes
De blanca piel y traje oscuro,
Petrificadas gárgolas
Ciegas
De piedra y sal,
Escurren sus voces decadentes
De barítonos moribundos
Y sopranos envejecidas
Por los caminos del viento
Hasta los sueños pequeños de los hombres.


Amado 2017